Estoy sentando pensando con los brazos cruzados y la mirada perdida en la chimenea, parpadeando lentamente mientras el tiempo decido pararlo.
A veces, dispersarme me ayuda a reencontrarme, antes, naufragaba por qué andaba a contracorriente, ahora necesito volver a navegar surcando sin necesidad de malestar.
Es necesario sentarse y parar el tiempo, respirar y pensar, no sobre lo aprendido, sino, abandonar el presente y ser libre de sueños olvidados, deshacerse del bucle que te tiñe por dentro y transforma en tinieblas tu núcleo vital.
Quiero ver la leña arder, la taza caliente y ver llover a través de la ventana sin estrés, sin preocupaciones, sin alteraciones, llorar hasta aliviarse de la presión y luego tomar una ducha hasta dispersarme, luego caer en un sueño profundo y levantarme sin prisas, sólo tener tiempo para volver a oler y sentir, para sonreír y llorar sin dar explicaciones, necesito romper la burbuja e ir a la colina y gritar mientras llueve, con el torso desnudo y descalzo, mientras las nubes pasan rápidamente y el viento me azota el rostro despertándome y destapándome los ojos del cuarto oscuro y sin fondo que a veces, nos acorrala.
Mientras estoy escribiendo, una ligera sonrisa me da alas de saber que aún sigo sintiendo y queriendo tener sueños, son necesarios y nadie exterior podrá entenderlos, es un secreto personal e íntimo, es ese desván necesario, donde poder abrir el baúl de lo sueños olvidados,
cuando estés en el borde del precipicio y necesites buscar una bocanada de aire puro,
ese que te motiva a ser mejor contigo mismo,
sin egoísmo al exterior, pero si dejando a un margen y entender,
que no eres invencible, a veces,
la mejor batalla es entenderse,
no buscar respuestas alrededor, sino mirarse a uno mismo...
No eres invencible, pero puedes ser capaz,
tan sólo debes verte por dentro...
Y rasgar qué quieres.
#secretsmile
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