jueves, julio 26, 2007

Una dosis profunda

No oigo el bienestar común de la vida,
camino con los pies borrando mi tránsito,
no llevo en el cuello esa madre que me dió la vida
ni siquiera quiero recordar el padre que me trajo malos recuerdos...
Es una de esas cosas por las que siempre me siento orgulloso
sed de profundas búsquedas, siempre cabalgando solitario
de cara a lo que nadie quiere ver,
durmiendo al ensordecedor mundo humeante,
construyendo valles de letras difuninadas de los sueños
mas profundos, esos que te hablan
te intentan levantar de la vida escorada que arrastras.
No hay guia que te refugié ni conserve
salvaje galopas huyendo del mundo conservador
eres una luz cristalina que intenta despertar del sueño
que te ves envuelto, sal de vida... tu cuerpo es pureza de vidas pasadas,
no soy dueño de nada la nada es mi fuerza!!
gritaba al vacio en lo alto de una cima y con voz
suave y desgarradora,
con la presencia del árbol de la ciencia
y un pájaro verde con los ojos sedimentados de azul celeste...
Una dosis de profunda soledad
caminando de vuelta y cantando una dulce
melodía con una tímida sonrisa segura y con lágrimas secas...
se aleja la vejez dándome la bienvenida
con su fuente de sabiduría...
El cielo me acorrala y ya solo pienso en soñar otra vez
con nunca abandonar mi fuente de la juventud...

1 comentario:

Desyta dijo...

El árbol de la ciencia, que gran libro de Pío Baroja, me encantó :P
el prota siempre buscando los interrogantes que le da la vida, leetelo q t gustará ;) la ciencia es el motor q mueve al mundo. el final del libro es mu triste :(

bueno un saludito al piltrafillo

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