martes, enero 08, 2013

Qvatvorphernia II - Un árbol en el desierto

Parte del éxito es evadirse de todo aquello que puede llegar a estropearte. 
Difícil, si te planteas comportarte como el resto, fácil si eres tu mismo.

Es difícil a veces calcular que se siente con lo que se ve,
la mente puede llegar a dar muchos giros alrededor 
y no estar en el sitio adecuado en un momento crucial.

Muchas veces nos evadimos de lo que no tenemos que evadirnos,
y nos abrazamos al camino que nos dejamos engañar.

Y puedes prometer volver y completar la prueba de diferente forma,
pero diferente planteamiento de otra forma suele llegar a decidirse de igual forma.

Muchas veces he pensado si valdría para dar consejo,
y creo que en parte sí y en parte no.

Me he sentido de muchas formas en mi vida.
He fantaseado, he sido duro, imaginado, madurado, llorado, confundido, equivocado, 
enamorado, decepcionado, jurado, enviciado, reinvindicado, emborrachado de amor, confundido de amor, he llegado a un sueño, he bajado de un sueño, he llegado a odiar, luego a perdonar pero no puedo aclarar ese estado de intránsigencia de un estado a otro... He buscado esperanza, me ha abofeteado la indiferencia, he cultivado sueños, he acogido caminos confundidos, he buscado alternativas que me dieran cobijo al olvido, pero todo lo que he creido que tenía que olvidar luego me ha servido para madurar.

Todo lo que yo he creido que era necesario para saber sostenerse,
y decir basta ya, camina, después de un largo trance emocional me ha paralizado, tal cual un veneno deja su secuela por dentro, después he acometido muchas faltas conmigo mismo,
me he olvidado de que quería, y que era, era como un... Todo lo que antes creías que era lo que buscabas, deja de buscarlo por que es mentira.

Al menos, era lo que me hizo sentir un sentimiento pasado,
ya que por mucho que yo hiciera gritando el viento, este se encargaría de hacer olvidar todo.

El difícil plantearse nuevos retos, difícil si nada mas que haces perjudicarte con soplapolleces,
y no das un golpe en la mesa y dices BASTA! 

Para ello hay que estar preparado para llevarte muchos chascos y no lamentarse y esconderse. Ser un hombre y dejar al margen muchas imágenes y voces gritando al alrededor, intentando dirigir tu propia orquesta.

Y para eso hay que ser muy costante, tranquilo, y no intransigente. 
No hay mejor estado que hacer lo que la experiencia te ha enseñado,
y no simplemente anotar en un diario lo sucedido.


Dicen que cuando calla todo, 
las lágrimas salen y se dan paso,
te enseñan a ver que es realidad y que es ficción,
y cuando llegas a valorar todo,
entonces estas preparado para caminar
solo en el desierto.

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