El señor de las bestias se dirigió al monte y arrojó su ego
a un vacío lleno de espíritu y naturalezafue desterrado y se hizo piedra,
ya no buscaba un trazo donde pintar su huella,
su esperanza le abandonó el día que vio sus ojos
cristalinos en un cuerpo oscuro.
Se dio cuenta que era dos almas,
en una abrazó su ego y lo maltrató,
se odió durante siglos y con mía culpa,
suplicó renovar su presencia divina,
se abrieron escamas sobre su piel dura y tensa,
su rostro cambió de padecer,
su cuerpo se hizo humano,
sus ojos impenetrables
y se arrojó al vació, esparciendo su ego
en el horizonte observador.
Sus alas se abrieron y calmó
su sed de libertad,
su corazón abofeteó la vida,murió joven de espíritu
y viejo de alma...
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